Cuando tenía 6 años era el mejor amigo de El Principito. Jugábamos, buscábamos, preguntábamos y soñábamos juntos.
Lamentablemente nos fuimos distanciando, la adolescencia y mi anhelo estúpido de ser grande me hizo olvidar la increíble amistad que teníamos. Creí no extrañarlo, pero al cumplir 18 años y cuando ya nada parecía ser nuevo, porque era bastante grande, me lo encontré por casualidad.
- ¿Dónde has estado?
¡Cómo que dónde he estado! Siempre he vivido en mi planeta, sentado mirando el atardecer. Creo que fuiste tú quien se fue sin dejar rastros…
- Sí, es verdad. Perdón por haber sido tan indiferente.
No te preocupes. Tal vez, estoy condenado a ser olvidado. Pero contigo tuve una esperanza. ¡Casi no nos despegábamos!
- Lo pasábamos bien, es cierto. ¿Crees que podremos volver a ser amigos?
Lo hemos sido toda la vida. Pero ahora te veo y casi no te reconozco. ¡Estás tan cambiado! Te estás pareciendo a un adulto
- Hubo un tiempo en que deseaba ser adulto, pero ahora que me parezco cada vez más a uno, me doy cuenta de que no quiero ser así. ¡Por favor Principito no me dejes, me da miedo olvidarte para siempre!
Nunca te abandonaré, te lo prometo. Debo irme, pero tengo una idea: compra una silla y tráela a mi planeta. No hay mucho espacio pero nos podemos acomodar. Allí podremos ver el atardecer juntos y conversar. Y quien sabe, nos podríamos aventurar a conocer nuevos planetas…
- Lo haré. Adiós Principito…
¡Nos Vemos!
- ¡Nos vemos!
3 comentarios:
Me sigues asombrando viejito.
Esto está muy bueno, y creo que de-
bes seguir escibiendo.
Esta rebuena la "entrevista" loko.
Tienes buenas ideas como para entregar... Debieras ser más constante, para poder leer cosas como estas, y no darle cabida a LUN en los ratos de ocio.
Saludos...!!!
:)
una gran admiradora tuya ,desde el sur ,que sigo tus escritos ,me emocioné al leer este , como pasamos por la vida muchas veces con deseos de adelantar los tiempos porque lo que viene tiene mas ventajas aparentemente, otras veces quisieramos detener el reloj , porque nos damos cuenta que no hemos dedicado tiempo a enriquecernos con lo cercano, no hemos disfrutado lo pequeño , lo infantil , el ser niños, la capacidad de asombrarnos, de imaginarnos mundos, de explorar, de conversar, de pintar en nuestras mentes como queremos el mundo. Pero nunca es tarde, cuando llegamos como tú a los 18 años y sentimos que estamos perdiendo la capacidad de soñar, de asombrarnos, de encontrarle soluciones simples a las cosas complejas , de estar felices porque existimos , por las oportunidades que tenemos, de saber que nos quieren ,de tener la capacidad de amar a otros por ser seres humanos con sus potencialidades y debilidades , debemos como tu volver al principito, y así vamos a enriquecer la adolescencia , la juventud, la adultez como se llame. No dejar nuestro niño interno .
todas las etapas del ciclo de la vida tienen sus encantos, hay que construirlas ,no cambiando la anterior , sino enriqueciendo la anerior,
te quiere una vieja admiradora.
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