domingo, octubre 01, 2006

¡Escucha Chile!, tenemos nuevo Premio Nacional de Literatura

Estaba esperándolo a la entrada del bar-restaurant Off The Record. Un auto gris paró. Una señora se bajó del auto y abrió la puerta del copiloto. José Miguel Varas bajó con dificultad. “Que te vaya bien, cuídate”, le dijeron. Yo me acerqué rápidamente antes de perderlo: “Don José Miguel Varas. ¡Hola! Soy estudiante de Periodismo de la Universidad Diego Portales. Quisiera saber si después de su entrevista podría hablar con usted”. El auto no se había movido. Estaban todos mirando desde el auto como para asegurarse que este extraño no le iba a hacer nada. Él levantó la cabeza y sonrió. “Bueno, cuando esté listo, ahí vemos”. Tenía una entrevista para Canal 13 Cable, allí en el bar. Luego de eso, el periodista-escritor, como se define él mismo, habló con la gente que lo fue a ver. Se le notaba cansado. Tenía los ojos rojos. El 21 de agosto recibió el Premio Nacional de Literatura. Después de eso las entrevistas y ceremonias lo invadieron. Alguien del público le preguntó: “¿No se cansa de tantas entrevistas?”. Y el periodista le contestó: “Cuando a uno lo someten a tres entrevistas al día, ¡es como dar exámenes tres veces al día! Porque uno tiene que contestar preguntas, tiene que contestar de una manera coherente y tratar de parecer inteligente, entonces es una cosa que exige mucho”, y todos rieron.
José Miguel Varas es un ejemplo del periodismo de excelencia. Pero más allá de eso: es un humanista, que ha dado su vida entera a la verdad, a las letras, a la novela, a los cuentos, a la radio. Trabajó en Televisión Nacional y tuvo que dejar el país, recomendado por sus amigos más cercanos, tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Pero no se quedó de brazos cruzados. Hizo un programa, junto a varios periodistas, llamado “Escucha Chile”, en Moscú. También fue editor de la desaparecida revista “Rocinante”. Su carrera como escritor es mucho más larga: su primer libro lo escribió a los 18 años, “Cahuín”. Ha escrito muchas biografías, cuentos y novelas. El más destacado por la crítica es “El correo de Bagdad” publicado en 1994.
El periodista-escritor habla con la gente. Muchos se preguntan cómo se puede congeniar el periodismo con la literatura. Él responde: “Yo me siento cómodo en el cuento y me siento cómodo en la crónica. Y a veces no hay mucha separación.”
En un artículo publicado en “Rocinante” en abril de 2004, el Premio Nacional de Literatura escribe una crítica al libro de José Miguel Ibáñez, “Sus mejores poemas”. Una antología de Pablo Neruda. Varas termina contando un cuento. Su texto se transforma en momentos e historias que entrelaza, sobre su vida, su amistad con Neruda, su pasión por la poesía, y el libro de Ibáñez. Más que una crítica, en la cual dice que el libro “merece la pena”, transforma ese espacio que se le dio en la revista en una narración poética, nostálgica, emocional, de momentos imborrables para él. Como cuando se inicia en la poesía: “Al final de la recitación, que escuchamos en un silencio hipnótico, sorprendente en los barrabases silvestres que éramos, nuestro profesor nos dijo que lo que acababa de leer era el Canto de Amor a Stalingrado, de Neruda. (…) Pero el Stalingrado leído por Rudencio (el profesor) me produjo otra impresión: aquel ritmo grave, insistente, el tono solemne, las oleadas de imágenes extrañas, sucesivas (…) Era otra manera de mirar la guerra (…).” José Miguel Varas conoció a Neruda, y ha escrito un libro de biografía sobre él. Y es que él es un hombre sensible, que logra captar la esencia y el poder de las palabras. Por eso una crítica de un libro la transforma en un paisaje literal hermoso.
Los invitados le siguen haciendo preguntas. Después de una hora decide terminar la “tertulia”.
Aprovecho un instante y me acerco. Me reconoce. Yo le digo: “Sé que está muy cansado, así que le haré dos preguntas, nada más”. Me mira nuevamente con sus ojos rojos y acepta. Tomo mi grabadora y pregunto: “¿Cómo cree que está el periodismo hoy en día?”
“El periodismo está muy enfermo en Chile porque existe una monopolización de los medios. Y eso es negativo. Porque significa que dos o tres grandes empresas determinan qué es lo que la gente puede saber y qué es lo que no debe saber. De hecho hay un sistema de censura. Aunque esta censura se ejerza con cierta sutileza. No es que cierren completamente la información. Pero hay noticias que son muy importantes y que en un momento dado no están en el primer lugar que deben ocupar. Te pongo un ejemplo: el conflicto mapuche que ocurrió cuando hubo una gran huelga de hambre. Tuvo que haber una huelga de hambre donde estuvieron a punto de morirse estos mapuches para que la noticia realmente apareciera. Pero pasaron dos o tres semanas en que ningún medio informativo registraba lo que estaba pasando.”, dice Varas.
Y hago mi última pregunta: “Usted dijo en La Nación que si ganaba el premio Nacional de Literatura se iba a comprar una cabaña en la playa, ¿lo va a hacer?”
“Está dentro de lo posible, pero he descubierto que las cabañas en la playa están muy caras, así que, a lo mejor, me voy a ir a un cerro, me voy a ir al campo. A una parte más barata”, me dice mientras sonríe.
Una leyenda viva del periodismo y la literatura. Es bueno que Chile reconozca a sus escritores, son ellos los que mantienen vivo nuestro lenguaje. Tal como lo ha hecho este humanista por excelencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Viejito:
Que bueno que subiste tu artículo de Varas, para leerlo con mas tranquilidad.
Otro viejo tercio, que finalmente es reconocido en su real dimensión. Legendaria su voz, lo escuchaban miles de chilenos todas las noches en las decadas de los setenta y ochenta.
No se como te la arreglaste para abordarlo, te felicito.